Zinc arquitectónico
El zinc arquitectónico se utiliza como material de cubiertas y revestimientos de fachadas desde el siglo XIX gracias a las numerosas cualidades estéticas y funcionales que posee y que permiten su adaptación a todos los estilos arquitectónicos. Su superficie natural y reflejos cambiantes lo convierten en un material extraordinariamente versátil.
El titanio-zinc puede mezclarse con su entorno o, por el contrario, resaltar el carácter único de una fachada, según el efecto deseado. Su excelente maleabilidad y la adaptabilidad de los sistemas utilizados para instalarlo permiten que el zinc arquitectónico se adapte a las geometrías más complejas® e inusuales. Puede instalarse tanto en cubiertas de poca pendiente (con un mínimo de 3º) como en fachadas.
La amplia gama de acabados superficiales producidos por el zinc arquitectónico y las numerosas combinaciones posibles, así como los numerosos tipos de sistemas de instalación disponibles en la actualidad, ofrecen un sinfín de posibilidades para el interior y el exterior de los edificios.
Beneficios del zinc arquitectónico
Protección a largo plazo
El titanio-zinc es un material vivo y desarrolla una pátina autocurativa a lo largo de su vida que lo protege continuamente y le confiere un aspecto característicamente único. Una vez en su lugar, el resultado es una capa externa de construcción duradera y resistente prácticamente impermeable a lo peor que el clima puede arrojar sobre ella.
Sustentabilidad
El zinc es uno de los pocos materiales de construcción que son 100% reutilizables y reciclables un número ilimitado de veces. Cada proceso de reciclaje no elimina ninguna de las propiedades mecánicas y químicas que lo convierten en un material de tan alta calidad.
Apariencia
El zinc arquitectónico es un material contemporáneo que se adapta perfectamente a todo tipo de arquitectura, tanto clásica como moderna. El zinc arquitectónico ofrece una enorme variedad de aspectos superficiales que crean un gran número de posibilidades de diseño.